En la prehistoria de Internet, a finales de los 90 del siglo pasado, hace relativamente tan sólo unos poquitos años, con la aparición incipiente de Internet no se veía, ni mucho menos la profundidad, el alcance y el cambio que iba a comportar en unos poquísimos años Internet en todos los aspectos de la vida personal y profesional, y en todos los sectores y ámbitos, en toda la sociedad. En esa prehistoria, se entendía la presencia Web como algo secundario, hoy resulta vital, y ya no tan sólo eso vital y necesitada de dinamismo.
En sus inicios, Internet era como mucho un lugar donde descargarse música ilegal, ver páginas para adultos y donde las empresas si conseguían un sitio Web, lo hacían simplemente con la intención de anunciarse, pero de anunciarse estáticamente, simplemente como si fuese una tarjeta de presentación online, donde dar los cuatro datos y poco más, hoy la realidad es las antípodas de eso.
En la actualidad, Internet, requiere que tengamos una presencia, pero que la tengamos dinámica y viva, que interactuemos, que nos ofrezcamos, que nos relacionemos, que aportemos contenido, que seamos visuales, que seamos, que seamos, que seamos tantas cosas a la vez, que en muchas ocasiones sin una posibilidad profesional que nos permita una edición sencilla contenido Web sería imposible de llevar a cabo.
Así, es importante que nos construyamos un buen sitio Web, pero tan importante como eso es que luego, una vez construido sepamos mantenerlo adecuadamente, con un aspecto limpio, profesional, que nos haga atractivos, y que por supuesto nos resulte fácil de realizar. Opciones al respecto en la actualidad no nos faltarán en el mercado. ¿Las mejores? Muchas, pero entendamos que la simpleza y la imagen profesional son dos de los grandes pilares a evaluar y a valorar.